A sus 95 años, el empresario de Medellín obtuvo el reconocimiento “A vida y obra empresarial” de Premios Portafolio.
Sus padres, Pastor Acevedo y María Alzate siempre rodearon de cariño, a él y a sus cuatro hermanos, y les enseñaron el valor del trabajo en medio de una vida humilde.
“Vivíamos en una casucha de 48 metros cuadrados que tenía una sala, una cocina y una alcoba de 12 metros cuadrados, donde dormíamos todos, mis padres y nosotros los 4 hijos. Esa casita quedaba en la hoy comuna oriental de Medellín: Calle 57B No. 30-17”, recuerda el empresario en el libro conmemorativo de los 70 años de la compañía, publicado en el 2011. Don Pastor, carpintero de oficio, enfermó cuando su hijo José María tenía 15 años y ante las circunstancias entendió que debía ayudar a aportar con ingresos a la casa.
Tal vez con un sueño ya en la mente, le garantizó a su padre en ese momento “ser jornalero por ahora” y le cumplió porque años más tarde empezaría el camino a la prosperidad. Su primer trabajo fue como mensajero. Llevaba aparatos eléctricos para reparar entre un almacén y un taller. El salario era de cinco pesos mensuales.
De llevar y traer surgió el interés por aprender. Así fue como se convirtió en experto en reparar estos artefactos. Gracias a ese conocimiento, hacia 1938, Julio César Nieto, un instalador electricista que lo conoció como reparador ambulante, le propuso darle un espacio en su negocio y pagarle el 30 por ciento de las ganancias. Ese fue el origen de Haceb.
Dos año más tarde, José María Acevedo consiguió un local de 25 metros cuadrados. El sentido del autodidacta, que identifica soluciones sin preparación académica alguna fue fundamental en su crecimiento empresarial.
“A medida que fui aprendiendo a trabajar me di cuenta de que para poder enseñarles a los trabajadores que iba contratando, tenía que saber del oficio y dominar ese conocimiento para saber si lo estaba haciendo bien, por eso no me quise meter nunca a fabricar nada que yo personalmente no supiera hacer, esto con el fin de poderlo idear y enseñar”, según señala el empresario en el libro conmemorativo.
Esa actitud frente al ejercicio empresarial también tiene que ver con la vocación de estudiante que ha tenido a lo largo de su vida, pese a que apenas cursó algunos años de primaria.
Taller Eléctrico Medellín fue el primer nombre que tuvo Haceb en 1940. El desarrollo de la empresa tuvo a su favor las menores importaciones de estufas porque las fábricas que las hacían se dedicaron a producir armamento en medio de la Segunda Guerra Mundial.
Así fue como a don José María se le creció la demanda por reparación de estufas, ante la imposibilidad de los clientes de comprar artefactos nuevos. Posteriormente, con el reconocimiento de la marca entró a la conformación de una pequeña industria. Así, empezó la producción de parrillas eléctricas Jacev (José Acevedo). Con el paso del tiempo el nombre se transformó en Haceb.
“Cuando fui a hacer la primera parrilla, yo era reparador de estos productos, entonces sabía que tenía bueno y que tenía malo, por eso mi decisión fue corregirle todo lo que fallaba y agregarle todo lo bueno que pueda tener”, señala.
A demás de su protagonismo e la producción y su origen humilde que le ha permitido ejercer un liderazgo basado en un lazo de comunicación y afecto con sus trabajadores que hoy llegan a 4.000, con el paso de los años el empresario paisa ha puesto a Haceb en los primeros lugares calidad y diseño con la diversificación de su portafolio.
No en vano, en cada edición de Colombiamoda, Haceb sorprende con una nevera con diseño. La de este año tuvo el sello del afamado Custo Barcelona. Ya son muy pocos los extrañados de que un electrodoméstico esté en un evento de moda.
Inversiones para la tecnología de punta
Industrias Haceb exporta a 15 países y está a la vanguardia en la producción de electrodomésticos.
Tiene un complejo industrial de más de 211 mil metros cuadrados en Copacabana, Antioquia, donde se encuentran sus plantas de refrigeración y calefacción, certificadas internacionalmente a través de la norma ISO 14001 de Gestión Ambiental, ISO 9001 de Calidad y OHSAS 18001 de Salud y Seguridad.
Toda la operación se fortaleció con la nueva planta de refrigeración, inaugurada en 2012 con una inversión de 62 millones de dólares y considerada la más moderna de América Latina. Cumple con los protocolos ambientales de Kyoto y Montreal, La empresa destaca que su producción está libre de sustancias agotadoras de la capa de ozono. Esta es una gran apuesta que hace la organización por el desarrollo sostenible.
No han sido en vano los 70 años de existencia de industrias Haceb.
Esas siete décadas son un cúmulo de experiencias y aprendizajes, pero además, el tiempo suficiente para que la compañía antioqueña se consolide como una de las más innovadora y comprometida con su recurso humano en Colombia.
Detrás de todos esos valores organizacionales y como artífice de ello está el empresario José María Acevedo, su fundador y quien a los 92 años de edad decidió plasmar en el papel sus enseñanzas.
Un legado, que según muchos, es necesario para las generaciones de hoy.
El libro, 'El futuro nos conecta' no tendrá valor comercial. Don José decidió donarlo a bibliotecas públicas, colegios y universidades.
También será el comienzo de una nueva era, tras 70 años de historia empresarial.
Sobre la publicación, Juan Luis Mejía, rector de la universidad Eafit, resaltó que "es la prolongación de una memoria colectiva, impresa no para revivir nostalgias, sino para indicar un futuro anclado en unos valores, en una forma de ver la vida, en una cultura empresarial inspirada en las enseñanzas de un ser humano admirable".
Haceb quiere aportar a 100 mil casas
En un sueño para Haceb se ha convertido la propuesta realizada por esa industria junto a gremios como Camacol y la ANDI, para dotar de electrodomésticos las 100 mil viviendas que prometió entregar el Gobierno nacional a las personas más pobres.
Se trata de un kit básico con mesón, solución de cocción y una de frío, así como calentador de agua.
Con estas adecuaciones, esperan las directivas de la empresa antioqueña pasar del concreto y cemento a un producto de mayor calidad. Esta propuesta ya se la ofrecieron al Ministerio de Vivienda.
"Es muy económico y esperamos que haga parte del producto final. Nosotros estamos listos y esperamos que decidan rápido", dijo Cipriano López, gerente de Haceb.
De igual manera, en esta compañía que cumple 70 años, esperan que este Gobierno favorezca la industria nacional en la construcción de esas viviendas. "Que no vamos a tener sorpresas al importar electrodomésticos", concluyó López.
Un calentador con patente de invento
Fueron más de tres años los que Haceb trabajó de la mano con la Universidad de Antioquia en la creación de un calentador de agua (tina) que le diera la temperatura al líquido de acuerdo con la altura de la ciudad donde se instale.
El "calentador inteligente", cuenta con un sistema de inyección que genera mayor eficiencia y ahorro en el consumo de gas.
Según sus creadores, estas características ayudan a la preservación del medio ambiente.
Los calentadores son considerados un invento de Haceb, y los venden en almacenes de electrodomésticos.
Una historia de novela
Hace 70 años José María, el hombre definido por sus más cercanos como sencillo, cálido, claro, gracioso y directo, renunció a seguir trabajando en aquel pequeño taller del Centro de la ciudad, donde reparaba estufas.
Fue entonces cuando empezó a trabajar en la fabricación de un electrodoméstico similar a los que llegaban a Colombia de países desarrollados como Estados Unidos y Alemania.
Creó una estufa de un puesto y empezó a comercializarla. Desde ese entonces no ha parado de innovar y producir electrodomésticos de calidad.
"Es un reto interesante para la sociología y la antropología dimensionar la transformación social que generaron aquellas sencillas parrillas que empezaron a salir del humilde taller que José María fabricó en la carrera Carabobo con la calle Juanambú", recordó Mejía.
El empresario antioqueño no se deja seducir ante tanto éxito y halago. Prefiere no hablar a los medios de comunicación.
Aunque se ve lúcido, los años no le son tan benévolos para expresarse como lo son para una partida de ajedrez y madrugar cada día a su oficina y apersonarse de los neceseres de su empresa.
"Es un hombre tan inteligente y dispuesto al cambio que decidió delegar las funciones directivas y permitir la creación de una junta directiva externa donde él tuviera voz", manifestó Héctor Arango Gaviria, presidente de la junta directiva de Haceb.
Pero, para que llegara a ese punto, antes tuvo claro que no quería ser un empleado y siempre busco hacer parte del empresariado.
Por eso, recuerda Mejía que este antioqueño, hijo de Pastor Acevedo y María Alzate, quienes a pesar de las dificultades económicas le brindaron gran cariño, una vez aprendido el oficio de reparador de aparatos eléctricos, decidió independizarse para no depender de otro contratista.
Así fundó, en 25 metros cuadrados y con 90 pesos de capital, el Taller Eléctrico Medellín.
"Como el negocio prosperaba, le propuso a uno de sus maestros en el oficio que siguiera su ejemplo, que no dependiera de un salario, para ello, ofreció prestarle el dinero para que montara su propio taller.
El amigo sintió temor, decidió no correr riesgos y continuó viviendo de la seguridad que le daba un contrato. Entonces, tomaron caminos diferentes", rememoró.
Hoy la empresa con más de 3.000 empleados contratados directamente ha tenido su relevo generacional, y aunque en las decisiones está el fundador, el actual gerente, Cipriano López, ha recogido las banderas de la innovación y el buen trato a los trabajadores.
"Nuestra meta siempre es crecer más alto que el mercado", concluye.